La pedagogía del disparate

Este breve texto es una defensa del disparate. Pero también una crítica al humor inteligente y a la comedia soft. Tanto los chistes hechos «con cabeza» como aquellos que no quieren molestar, pueden reunirse bajo la denominación «comedia comedida». Ambas formas le hacen el juego limpio al orden asentado y al narcisismo del que cuenta el chiste.

La idea fundamental de este artículo es (¡quién lo diría!) que el humor como disparate esconde, no sólo risas, sino cierta pedagogía entendida como forma de eliminar ideas férreamente asentadas.

Veamos si todo esto tiene algún sentido o es otra tontería más de Skinner Carpeta (¡prrrrrrr, prrrrrrr!). Vamos directos al asunto.

La «comedia comedida» convida a un ligero placer del que la atiende. No hay diferencia significativa entre aquella y un leve narcótico. El chiste actúa como una distensión agradable, una carcajada contentadiza. Este tipo de humor suave y digestivo funciona como reflejo del que lo escucha. De esta forma blanda de la comedia no emerge ningún caos, pinchazo o fisura; al contrario, el humor es así correlato de lo establecido y garantía de su estabilidad. El chiste correcto no debe sino seguir el discurso asentado. La risa que emerge de esta comedia es un : un asentir con la cabeza a todo lo que se da y está dado. El que ríe (y el doctorado del humor) han bautizado a este tipo de gracietas con el epítome de «humor inteligente».

Pero entonces ocurre el juego de palabras, la tontería, el dislate. El defensor del humor intelectual escucha, de repente y con terror, un disparate. Su reacción es de horror y de rechazo. El intento de hacer pasar por inteligente el absurdo que no comprende, genera un movimiento brusco y negativo de su cabeza. El sujeto que no puede integrar el desatino en la estructura previa de sus prejuicios, se ve empujado a subsanar (racionalmente) la fisura abierta. En este momento de asco ante la gracieta se abren dos caminos: o bien, se recompone lo destruido y se regresa al espacio confortable; o se hace de la desintegración transgresión y combate. La segunda vía es la que permite la mencionada pedagogía, comienzo de la suelta del excesivo lastre de ideas fijas.

El humor incorrecto, si causa el daño requerido, amplia la concepción previa del mundo. En la inteligencia del sujeto excesivamente «racional» se abre una leve grieta por la que entra la amplitud de la existencia y su enigma. Dicho de otra manera: aparece lo otro como irreductible a mi propia palabra, voluntad o idea. La aparente tontería se ha convertido así en un revulsivo soterrado que trata de despojar a la realidad, y a lo asentado, de su corset racional estricto. Es así como el disparate pasa de dislate a una particular pedagogía, a saber: aquella por la que el mundo se quita de encima la prisión del yo y de las ideas que lo reducen a pre-juicios.

El individuo que ríe aprende que nada esta definitivamente y para siempre establecido. Este es el poder de la risa y del disparate.

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Por Skinner Carpeta

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4 comentarios

  1. Interesante artículo.

    Como todo en este mundo, siempre hay jueces que dirán cuál el humor bueno y el humor malo según sus criterios y no aceptarán otro tipo de humor ya que ellos creen tener la verdad absoluta. (Todos somos un poco así)

    Lo mismo ocurre en otras artes como la literatura, cine, música, teatro…..

    Ya hay demasiado humor plano, igual que cine plano, música plana y por eso se agradece lo que se sale de ese camino, sea bueno o malo, te guste o no.

    Arriba Space!!!

    1. Bienvenido Toto Benarés.

      Lo has enfocado respecto al humor bueno-humor malo (lo mismo con el cine, música, etc.) y me parece interesante también. Por ahí iré yo en mi comentario para no extenderme o perderme demasiado. Yo creo que el humor, la música o el cine realmente «malo» es el que pretende ser el único bueno. Los totalitarismo son eso: aspiración a la totalidad y a la última (y única) palabra. Creer tener la verdad absoluta, como dices.

      Y estoy de acuerdo contigo en que siempre es un buen aporte (en el arte en general) cuando algo sorprende o se sale del camino marcado. No puedo concebir nada más aburrido que un mundo plano. Hasta una existencia donde sólo existiera humor absurdo me parecería insoportable. De hecho «lo absurdo» en este hipotético mundo sería el humor inteligente.

      Me ha gustado mucho tu comentario. Gracias Toto Benarés.

  2. Es la segunda vía, la de la modificación de ideas y la apertura a una visión. Hay chistes cuya temática me resulta repulsiva, pero prefiero ponerlos entre paréntesis y saltar a otra cosa. Es una postura acomodaticia? Es estar abierto a lo que uno le viene bien? Hay que dejarse sacudir por el absurdo venga como venga? Yo no lo sé, solo soy una chica

    1. Punto número 1: hacer una referencia a los Simpsons siempre es bien (+10 puntos de paloma!).

      Punto número 2: ni el texto es una prescripción de nada, ni pretende serlo. Concibe una realidad y plantea un «método».

      Si escribí esto fue (entre otras cosas) por un cierto hartazgo de ver algunas discusiones estúpidas en internet (y en la vida cotidiana). Ver como posiciones altamente polarizadas no permitían ni un atisbo de duda. Y esa es la función de las ideas fijas (creo yo): reducir el mundo al contenido mental de quién lo conciba. Las ideas cerradas son como poké ball: detienen, reducen y atrapan la realidad en capsulas de conceptos (pedazo de referencia de frikazo). Por eso, cuando existe un choque entre la idea que yo tengo de algo y la no confirmación de la realidad de esa idea (el absurdo) ocurre la risa o el asco. Hacer del humor o el asco pedagogía significa distanciarse de la propia idea y la posibilidad de «pensar lo que se piensa».

      Yo me preguntaba (y me pregunto), ¿como puedo hacer que una persona convencidísima de algo dude de que eso no es la totalidad de la realidad? ¿con razones? ¿con una especie de «ironía socrática»? No. Diciendo una gilipoyez tan grande que ninguna de sus ideas pueda reducir y atrapar. Me preguntaba esto también a razón del estado de la educación en España (muchas ideas, poco sentido crítico). Y por la paradoja de ver como somos la generación con la mayor cantidad de información de la historia (y me incluyo) y, aún así, somos unos imbéciles que con tres ideas creemos que lo sabemos todo.

      Y yo que se, me he puesto a escribir aquí sin parar y se me ha olvidado que soy sólo una paloma xD. Me voy… las terrazas de la ciudad me esperan!

      Muchas gracias por tu comentario Sdffree. Siempre es un placer leerte.

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